Un robot de ajedrez atacó a un humano y le hizo sangre. Esto parece una sinopsis de Terminator, pero es la vida real.
Así que... si te pareces a mí, eres un poco consciente de que los robots acabarán arrasando y dominando a los humanos. En realidad... subyugando y dominando a los humanos. Lo que una vez fue el argumento de la ciencia-ficción, es ahora un miedo muy real, y las historias como la que estás a punto de leer no me hacen sentir exactamente mejor al respecto.
Un robot de ajedrez ataca a un niño
Ahora, piense en esto por un segundo: el tipo más aterrador de IA es una IA que es inteligente y puede aprender de forma independiente, ¿verdad? Si piensas en el ajedrez y en lo inteligente que es un jugador de ajedrez "medio" de nivel profesional, entonces... puedes sumar dos y dos y llegar a la conclusión de que el tipo de IA más inteligente sería probablemente la que pudiera enseñarse a sí misma el ajedrez. Sería un mundo de problemas si uno de esos robots inteligentes atacara a un humano, sin embargo... eso es lo que ocurrió. Como si la IA de Google temiendo su propia muerte no fuera suficientemente aterradora. Esta es la jugada: El humano se mueve demasiado rápido antes de que el robot haya terminado su turno, y el robot ataca al humano agarrando su dedo y rompiéndolo. Esto sucedió en Rusia -porque, por supuesto, sucedió- en el Miscow Open. El humano en cuestión es un niño de 7 años, que ya ha reanudado el juego, y esto es lo que dijeron los funcionarios sobre el incidente:
El robot rompió el dedo del niño - esto, por supuesto, es malo. El robot fue alquilado por nosotros, ha sido exhibido en muchos lugares, durante mucho tiempo, con especialistas. Al parecer, los operarios lo pasaron por alto. El niño hizo un movimiento, y después hay que dar tiempo para que el robot responda, pero el niño se apresuró, el robot lo agarró. No tenemos nada que ver con el robot. Hay ciertas reglas de seguridad y el niño, aparentemente, las violó. Cuando hizo su movimiento, no se dio cuenta de que primero tenía que esperar.
Resumiendo: la culpa es del niño. Y así es como empieza...
Artículo original escrito por Amidu Njiemoun