Si no puedes iniciar sesión en Rainbow Six Siege, es posible que los servidores estén caídos. Aquí te explicamos cómo verificar el estado de los servidores de Rainbow Six Siege y qué puedes hacer para determinar si el problema está en el lado de Ubisoft o es el resultado de un problema de red individual.
Jugar juegos en línea es genial, siempre y cuando no te encuentres con problemas de conexión, y desafortunadamente, Rainbow Six Siege no es la excepción. Cuando estás en medio de una emocionante partida, una desconexión puede arruinar toda la diversión.
Determinar si el problema es con los servidores del juego o con tu propia conexión a Internet puede ser complicado. Aquí tienes algunos pasos rápidos para verificar el estado de los servidores de Rainbow Six Siege y diagnosticar el problema.
¿Rainbow Six Siege está caído? Cómo revisar el estado del servidor
Para averiguar rápidamente si hay un problema con los servidores de Rainbow Six Siege, debes verificar en DownDetector. Este sitio web tiene secciones dedicadas a todo tipo de juegos, donde recopila informes de usuarios sobre los servidores de un juego específico. Si ves que los informes de usuarios aumentan para R6, es probable que los servidores estén enfrentando problemas o estén completamente caídos para la mayoría de los jugadores, y no solo para ti.
Rainbow Six Siege: Cómo solucionar problemas de conexión potenciales
Si no puedes conectarte a los servidores de R6, aunque parezca que están en línea, el problema podría ser tu conexión a Internet o la configuración de tu dispositivo. Aquí tienes algunas ideas para averiguar si ese es el caso:
- Si estás en contacto con amigos que también juegan Rainbow Six Siege, pregúntales si tienen el mismo problema. Si no lo tienen, puedes estar bastante seguro de que es un problema local y no basado en el servidor
- Reinicia tu enrutador
- Reinicia tu Xbox, PlayStation o PC
- Verifica la configuración de conexión de tu PC o consola para averiguar si se está conectando correctamente a tu Wi-Fi.
El artículo original fue escrito por Kim Berkemeyer.