La misión "Un Gran Salto" en Starfield es la última misión importante que determina el resultado final, y todo se reduce a una elección. ¡Echemos un vistazo a lo que se avecina!
Después de todas las horas que has dedicado a Starfield, esto es finalmente todo. Has llegado al final del juego y debes tomar una decisión final que también llevará a un resultado irreversible.
En esta guía, echamos un vistazo a lo que viene, cómo desencadenar el monólogo y finalmente llegar a la Unidad. ¡Así que mejor prepárate y considera las consecuencias!
Ten en cuenta que este artículo contiene spoilers del juego.
Starfield: Solo queda una cosa por hacer
Después de haber tomado partido por ya sea el Emisario o el Cazador y haber completado la misión "Revelación", el final se acerca. Todos te están esperando en la Logia o en la nave y quieren hablar contigo.
Habla con todos hasta que se agoten sus opciones de diálogo y luego agrega un Artefacto a la pantalla del Armillary. Con esto, podrás alcanzar la Unidad a través de un salto gravitacional y desencadenar las últimas escenas del juego. ¡Pero puedes regresar, no te preocupes!
Te encontrarás con tu doppelgänger interdimensional y te explicará cómo entrar en la Unidad comienza una nueva aventura, llevándote por un camino desconocido.
Consecuencias de entrar en la Unidad
El doppelgänger no te da muchos detalles, pero el rumbo está claro. Serás renacido como un Starborn y ganarás el poder y la perspectiva. Si aceptas la oferta, dejarás tu juego actual y comenzarás con el New Game+ de inmediato!
Quédate en el Universo
Si decides quedarte en tu universo, puedes continuar tu partida actual, completar las misiones secundarias restantes, explorar nuevos planetas y más.
Es como si nunca hubieras llegado a la escena final del juego. Y con todo un universo por descubrir, hay muchas cosas que hacer, incluso después de terminar la historia principal.
Cuando estés listo para seguir adelante, simplemente regresa a la Unidad y atraviesa la puerta dimensional para comenzar tu próxima aventura. ¡Buena suerte!
El artículo original fue escrito por Ewelyn Derc.